La campaña de ‘rebranding’ más grande de la historia
El pasado jueves Mark Zuckerberg afrontó uno de los momentos más delicados y mediáticos de su vida, anunciar lo que a muchos pilló por sorpresa, el rebranding de su buque insignia Facebook.
El fundador de Facebook reveló hace apenas unos días, que Facebook va a dar un vuelco inesperado debido a una crisis reputacional, cambiará su nombre y pasará a llamarse “Meta”.
Se trata de un cambio de nombre de la empresa matriz, que seguirá englobando Facebook, Instagram, Whatsapp y el resto de plataformas que venían formando parte del antiguo “Facebook”.
Facebook como marca seguirá existiendo, pero contenida sólo en la red social y sin aparecer en el resto de productos de la compañía.
El llamado rebranding o cambio de marca no son nada nuevo. Google, ahora Aphabet, aportó el mejor ejemplo a los cambios de marca en el mundo empresarial.
Meta quiere dejar de ser una empresa solo de redes sociales en un contexto en el que, pese a los buenos resultados obtenidos anteriormente, se empieza a notar cierto estancamiento.
La apuesta de Zuckerberg por la realidad virtual con el «metaverso». Pretende unir el mundo real y el virtual. Permitiéndonos crear nuestra propia identidad y unirnos en chats, videollamadas, videojuegos e incluso conciertos con nuestros amigos y familiares.
Metaverso
El metaverso es la siguiente evolución de las conexiones sociales. La visión de nuestra empresa es ayudar a hacer realidad el metaverso. Por eso, hemos cambiado de nombre para reflejar nuestro compromiso con este futuro (facebook.com)
El cambio de Facebook a Meta también implica que Meta cambia de sus negocios más rentables. Las redes sociales con Facebook, Instagram y WhatsApp y su negocio publicitario hacia el incipiente mercado de la Realidad Virtual y Aumentada que representa Oculus.
Sin embargo, este rebranding parece una estrategia de marketing made in USA que casualmente se filtró a un medio de comunicación (The Verge) para tantear el terreno y que sirvió para distraer las miradas del objetivo principal, la gran crisis de reputación que vive la compañía y que, hasta hace pocos días, vivía uno de los momentos más bajos de su historia debido a que una ex empleada convertida en denunciante, Frances Haugen, filtró una serie de memorandos y documentos internos, los Facebook Papers, a The Wall Street Journal y testificó sobre ellos ante el Congreso.
Facebook se ha convertido en una marca tóxica, y Zuckerberg la ha aislado para que no afecte al resto. ¿Un simple cambio de nombre o rebranding será suficiente para cambiar esta percepción de la marca?
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